40 centímetros, maceta N15
Dificultad: 4/10 (Nivel: “me riego tranqui y me veo diosa”)
Con hojas duras, anchas y rayadas como si las hubiera pintado un grafitero tropical, la Aechmea fasciata no viene a decorar: viene a robarse todas las miradas. Y encima, cuando florece, te tira una inflorescencia rosa pastel con toques violáceos que parece una piña glam de los 80.
Ideal para interiores con buena luz y para dueños que quieren una planta facha sin andar corriendo con la regadera.
Tamaño: Hasta 50 cm de altura y unos 40 cm de ancho
Maceta ideal: 14 a 16 cm (y si es de cerámica gris o blanca, ¡combina joya!)
Cuidados:
• Luz: Le va la luz brillante pero filtrada, como si fuera una modelo que no quiere sol directo en la cara.
• Riego: Mismo sistema que la Vriesea: regá la copita central. El sustrato tiene que estar apenas húmedo, no empapado.
• Humedad: Si podés, rociá sus hojas en verano. Le gusta el ambiente tropical pero se banca el clima seco de casa si no la descuidás.
• Tip de confianza: Después de florecer (cosa que puede tardar meses), la planta madre se despide lentamente, pero te deja hijitos. Esos se sacan, se plantan y listo, tenés legado tropical.
Una planta que no sólo sobrevive… posa. La Aechmea es esa tía con estilo que todos quieren tener en casa: elegante, resistente y siempre lista pa’ la foto.