30 centímetros, maceta 3 litros
Nivel de dificultad: 3/10 (Fácil, ¡no te va a hacer complicarte demasiado, pero te puede sorprender si lo descuidás!)
El Romero es ese amigo que siempre está ahí para dar un toque de frescura a tu vida, tanto en la cocina como en tu jardín o balcón. Su aroma intenso y sus hojas finas y alargadas hacen que esta planta no pase desapercibida. Además, tiene una resistencia de acero: si le das el cuidado justo, te va a recompensar con una planta llena de sabor y fragancia.
* Riego: Moderado. No te pases de agua, porque el Romero es de esos que prefieren un poco de sequía entre riegos. Dejá que el sustrato se seque entre riegos, pero no lo dejes completamente seco por mucho tiempo. ¡No es una planta de oasis, pero tampoco de desierto!
* Luz: Sol directo. El Romero es un amante del sol, así que ponelo en un lugar donde reciba luz directa durante varias horas al día. Si no le das esa dosis de sol que le encanta, se va a poner perezoso y no va a crecer como esperás.
* Humedad: Baja. El Romero es de los que disfrutan de un clima seco, como un buen café por la mañana. No le gusta la humedad excesiva, así que si vivís en un lugar muy húmedo, asegurate de no regarlo demasiado y mantenerlo en un lugar con buena circulación de aire.
* Dificultad: 3/10 (Fácil de cuidar, pero recordá que a veces menos es más)
El Romero es ideal para quienes buscan una planta práctica, resistente y aromática. Si le das el toque justo de sol y agua, va a darte un montón de hojas para tus platos, ¡y hasta podés usarlo para repeler plagas o hacer infusiones! En resumen, es una planta con mucha onda y bastante fácil de manejar, solo tenés que no pasarte con el riego y darle su dosis de sol.
