25 centímetros, maceta N12
Nivel de dificultad: 4/10 (Fácil, pero como todo artista, tiene sus caprichos)
La Rosa del Desierto es una planta con una personalidad explosiva. Sus flores grandes y coloridas, que pueden ir desde el rosa hasta el blanco, la hacen una de las más llamativas. Tiene un tronco grueso y suculento que le da un aire exótico, casi como una planta que acaba de salir de una película de aventuras. Además, es perfecta para darle vida a tu casa si tenés algo de sol y no te asustás por su carácter “desértico”.
* Riego: Moderado. Al igual que las cactáceas, la Rosa del Desierto no es fan del exceso de agua. Déjala secar bien entre riegos y no la ahogues, porque puede pudrirse si la mantienes constantemente mojada. En su temporada de crecimiento (primavera y verano), puedes regarla un poco más seguido, pero en invierno, déjala descansar.
* Luz: Sol directo. ¡Que le dé el sol! A la Rosa del Desierto le encanta estar bajo el sol directo, como si estuviera en pleno desierto. Ponla en una ventana soleada o en un balcón donde pueda disfrutar de ese calorcito. Si la pones en sombra, va a hacer una huelga de flores y no va a lucir tan espectacular.
* Humedad: Baja. Esta planta no es fan de la humedad, así que olvídate de rociarla constantemente. Prefiere el aire seco y cálido, típico de su hábitat natural. Si vivís en un clima húmedo, es mejor que la pongas en un lugar bien ventilado y que no se le quede el agua estancada.
* Dificultad: 4/10 (Fácil de cuidar, pero un poco temperamental con el riego y el sol)
Si querés una planta que te dé flores espectaculares, sin pedir demasiado, la Rosa del Desierto es una opción genial. Solo hay que tener en cuenta que no le gustan los excesos, ni de agua ni de humedad, y preferirá estar bajo el sol radiante. Eso sí, con el cuidado adecuado, te va a recompensar con una floración que dejaría celosos a los cactus más modestos. ¡Una belleza!
